Hace unos días, un vecino que va a secundaria me dijo muy orgulloso: “Amigo, ¿sabes que hoy he mediado un conflicto entre mis compañeros y he conseguido que hicieran las paces y que no llegaran a nada más? Cuando comenzó el curso y mis compañeros me votaron para que fuera uno de los mediadores de 3º de la ESO, creí que no iba a ser nada importante. ¡Pero vaya si lo es!” Al parecer, son bastantes los centros educativos los que involucran a los estudiantes para evitar cualquier acoso escolar entre compañeros.
Centros educativos que se toman en serio el acoso escolar
Para saber más fui a hablar con mi vecino. Me explicó que después de que sus compañeros le eligieran por votación, tuvo que asistir a dos reuniones por la tarde en el centro en las que el psicólogo del instituto les informaba sobre las pautas a seguir si eran conscientes de un conflicto entre los demás alumnos. Cuánto más le escuchaba, más buena idea me parecía todo. ¿Un plan en el que los alumnos sean los que resuelvan sus propios problemas sin llegar a castigos extremos y expulsiones? Me encanta.
Los centros educativos cuentan con una gran cantidad de alumnos. A veces es imposible que los profesores estén pendientes de todos ellos. Es complicado que se den cuenta de todas las situaciones peligrosas que puedan ocurrir. Implicar a estudiantes concretos para que les ayuden en esa labor tan importante, es genial. De esta manera, también los mediadores sienten que son protagonistas en algo. Ellos están tratando de evitar posibles situaciones de acoso escolar.
Hablemos de los mediadores escolares
Los mediadores escolares, no solo están para evitar casos de violencia o acoso escolar. También pueden actuar con compañeros que no se han adaptado totalmente al centro. Estudiantes a los que se les note inseguros y poco comunicativos. O aquellos que se encuentran solos día tras día. Les ayudan con la integración y se interesan por ellos.
De esta manera crean un vínculo de cercanía. Está claro, que no se trata de que cada mediador tenga cien ojos. Pero estoy segura de que al pasar tantísimo tiempo juntos al día, cualquier situación rara, llama mucho la atención y no pasa desapercibida.
La mayoría de los directores que cuentan con estos alumnos en sus aulas aseguran que ha sido un éxito. Afirman que el índice de partes por malos comportamientos ha bajado considerablemente. Y que la relación entre compañeros y profesores ha mejorado bastante. Así, se disfruta de un clima más acogedor, tolerante y solidario.
Se podría decir que los alumnos que son formados como mediadores escolares, van un paso por delante que los docentes (ojo, no digo que su labor no sea importante para detener situaciones de violencia), sino que los estudiantes suelen confiar más en los compañeros que en los profesores.
Los estudiantes que son mediadores presentan más empatía con los compañeros
Los alumnos que se ven envueltos en un conflicto pueden presentar algo de miedo a los docentes. Pueden creer que van a recibir un castigo pero con los mediadores se pueden sentir más cómodos. Pueden estar más dispuestos a dialogar, a comunicarse y a llegar un acuerdo sin llegar a tomar medidas extremas.
Los alumnos elegidos para ayudar a resolver conflictos, también están presentes en las redes sociales. En internet se pueden dar más casos de acoso escolar, discriminación, y rechazo. Y muchos de ellos, han sido informados por la policía mediante charlas para saber cómo actuar en estos casos. Está claro, que el trabajo de los estudiantes mediadores, es increíblemente importante.
Estos alumnos manifiestan una gran sensibilidad por el entorno. Son clave para mantener el bienestar en la convivencia escolar. Son estudiantes comprometidos, con una moralidad y, unos valores muy claros. Ellos están dispuestos a aplicarlos para prevenir cualquier situación de acoso escolar.
También, el día a día de los mediadores ha cambiado a mejor. Algunos de estos alumnos acudían a clase un poco desmotivados y desilusionados. Tener una labor activa, y tan importante en el centro educativo al que asisten, les ha hecho despertar en todos los sentidos. Ahora, son conscientes de que están haciendo algo para ayudar a sus compañeros. Se sienten increíblemente orgullosos y valorados.
Educar para la vida: compañerismo, empatía y tolerancia.
De esta manera, los centros educativos que se acogen a esta iniciativa, están educando a los alumnos para la vida. Para situaciones cotidianas, dándoles la oportunidad de que sean ellos los que resuelvan los conflictos que se presenten. Les dan la oportunidad de dialogar, de tolerar, de perdonar, de negociar, y de llegar a un acuerdo.
Y sobre todo, de contar con un compañero que no les va a juzgar, ni criticar, ni regañar, ni castigar. Estas noticias, afirman que hay alumnos increíblemente comprometidos. Que hay estudiantes que luchan desde las aulas para evitar el acoso escolar. Que son sensibles, comprensivos y tolerantes. Ellos están dispuestos a ayudar a los compañeros, que son solidarios. Y que las etiquetas no sirven para nada y son dañinas.
Sí, sí hay estudiantes que luchan para evitar el acoso escolar
Por estos artículos se debería olvidar todas las cosas que han tenido que escuchar los adolescentes alguna vez en su vida: “eres un vago”. “No haces nada”. “Únicamente piensas en ti mismo…”. Gracias a la labor de muchos de ellos, se evitan situaciones de acoso escolar en centros educativos.
Bravo por esos alumnos mediadores que se toman en serio su figura. Genial por los que intentan que todos sus compañeros se sientan cómodos y a gusto en las aulas. ¿Y hay personas que todavía dudan de su potencial? Simplemente, hay que proponerles algo que les motive. Algo importante. Y por supuesto, sacar a la luz sus talentos. Porque está claro que todos los tienen.