Muchos alumnos, cuando les toca estudiar Filosofía, piensan en autores, en pensamientos, en ideologías, y en una gran cantidad de apuntes que se van a tener que memorizar si quieren tener alguna opción de aprobar los exámenes.
Creen, que es otra asignatura que no les va a servir de nada en la vida, y que prefieren quitársela cuánto antes. Pero si nos paramos a reflexionar, nos deberíamos preguntar a nosotros mismos: ¿Qué es lo que hacían los filósofos? Cuestionarse absolutamente todo. Dialogar, debatir, preguntar, confundirse, equivocarse, y desarrollar el pensamiento crítico.
Y desde mi punto de vista, eso es lo que debería ser la Filosofía en las aulas. Ese, debería ser el enfoque que los docentes podrían seguir. En esta asignatura, se podría aplicar el aprendizaje por proyectos, el aprendizaje colaborativo, y la resolución de conflictos.
Se podría dar la oportunidad a los alumnos a pensar, a preguntar, a reflexionar, y a investigar, que en muchas ocasiones, no se les incita a ello. La filosofía, podría ser una materia en la que se debatiera, en la que los estudiantes tuvieran que informarse de las cosas, en la que se tuviera que opinar, que explicar, que comunicarse.
Estudiar los pensamientos de los filósofos está bien, y podría estar enfocado a la cultura general, y no a esta asignatura cómo tal. Muchos docentes, se encuentran en las aulas con alumnos que no conocen las herramientas para iniciar una discusión o un debate, que no saben cómo ser respetuosos y tolerantes con las opiniones de los demás, y que creen tener razón absoluta en todo lo que dicen.
La Filosofía, podría ir más allá, debería profundizar en esas cosas tan cotidianas en las que los estudiantes flaquean. Debería pues, incitar a los alumnos a tener cada uno una opinión de algo, a buscar respuestas de todo, y a defender con educación, los pensamientos de cada cual. La filosofía debería guiar a los estudiantes a sentirse libres y a ser comprometidos con su entorno.
Además, si se mirase con este enfoque, si se plantearan y aplicaran estas cosas en el aula, la Filosofía podría ser un gran apoyo para el resto de las asignaturas: los alumnos, estarían más motivados, serían más capaces de investigar, de debatir, tendrían más habilidades comunicativas, se daría un adecuado proceso de aprendizaje, y seguramente, mejoraría la relación entre compañeros y docentes.
Creo que no se debería eliminar esta materia de los centros educativos, pero sí transformarla, hacer que fuese algo útil, inspirador, y emocionante para los alumnos.
Que un estudiante, tenga oportunidad de pensar, de reflexionar, de no estar de acuerdo, de preguntar, y de hablar sobre sus pensamientos, debería ser objetivo principal de cualquier centro educativo, y eso, la Filosofía, puede conseguirlo.